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1968 / Presente
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Historia The Gladiators

Todo comienza con el nacimiento de Albert Griffiths el 1 de Enero de 1946, en la zona rural de St. Elizabeth. Viaja por primera vez a Kingston en 1960 buscando trabajo y encontrando nada. Se establece en extrema pobreza en la zona de Trench Town donde conoce a David Webber, hermano de las populares Webber Sisters.

Difícil situación para un joven de 14 años y humilde condición, pero era un muchacho decidido y bastante andariego.

Caminó la ciudad de punta a punta junto a su amigo y audicionaron como dúo infructuosamente con varios productores del ambiente musical, consiguiendo finalmente, ser empleados como albañiles.

Quiso la suerte que en esa obra se encontraran a un tal Leonard Dillon, quién ya era cantante y líder de un fino grupo vocal llamado The Ethiopians.

Leonard y Albert convencen a Leebert Robinson, el capataz, para que les financie algunas horas de estudio y la producción de algunas canciones.

De estas sesiones, que cuentan con el acompañamiento de The Supersonics como backing band, saldrá el primer registro de Albert Griffiths, “You are the Girl”, editado en 1966 por Wirl como Al & The Ethiopians en la cara B del exitoso simple de los Ethiopians llamado “Train to Skaville”.

Un Griffiths excitado por lo que parecía un auspicioso debut y envalentonado por Webber convoca a Errol Grandison para formar por primera vez a The Gladiators en 1967, el primer single de esta formación será “The Train Is Coming Back”.

El suceso inicial fue bastante modesto. Este joven grupo continúa grabando con Leebert Robinson y prueba suerte registrando algunos nuevos singles con Clive Chin y Duke Reid, pero será junto a Sir Coxsone Dodd con quién conseguirán saborear por primera vez el éxito, trepando al tope del chart jamaiquino en el año ’68 con la canción “Hello Carol”.

Desafortunadamente, al año siguiente, David Weber comienza a mostrar serios signos de desorden mental, Gladiators graba cada vez más esporádicamente ya que el deterioro de David es muy evidente hasta que este abandona el grupo.

En su reemplazo llega Clinton Fearon, un muchacho que vivía en Kingston desde los 16, que tenía un efímero conjunto llamado The Brothers, y poseedor de un poderoso falsetto que conjugará magistralmente con las armonía vocales definidas por el áspero tono de Albert.

La música era cosa seria para estos hombres, Griffiths desempeña una brillante labor como profesor y Fearon se muestra como uno de los músicos más completos del momento, siendo empleado como cesionista por Studio One, primero como guitarrista acústico y luego como eximio bajista.

Un nuevo alejamiento amenaza al grupo, Errol Gandison, arrastrado por problemas familiares decide retirarse. The Gladiators funcionará como dúo hasta el fin de la década; participando en formidables grabaciones como acompañamiento vocal de Winston Rodney (Burning Spear) y Stranger Cole. Es entonces, que Griffiths selecciona entre sus estudiantes a Gallimore Sutherland, una joven promesa que él conoce de los días de albañilería.

Gladiators es trío nuevamente y en el comienzo de los ’70 cosechan nuevos hits como “Freedom Train” y “Rock a Man Soul”, ambos cortes producidos por Lloyd Daley para el sello Randy’s, incluídos en el disco “The Race”.

Un clásico seguirá a otro, el trío desata una impresionante corriente de obras maestras del Reggae Roots. “Roots Naty”, “Bongo Red”, “Jah Jah Go Before Us” y “Mr. Baldwin” se coronan todos como gigantes éxitos en Jamaica. Tanto es así que la corriente los lleva a una isla un poco más grande y poderosa, Gladiators ya es reconocida en los círculos del underground británico.

En 1974, Vivian “Yabby U” Jackson les ruega a Griffiths y Fearon para que armonicen su próxima producción: “Jah Vengeance”, que será grabada en los estudios Black Ark de Lee “Scratch” Perry.

Terriblemente impresionado Perry, que era bastante loco pero decididamente nada tonto, contrata a este par y los incluye en varias de sus novedosas producciones; como contrapartida trabaja en un puñado de proyectos propios de los Gladiators: “Untrue Girl” y “Time” entre otras.

Lamentablemente, Griffiths y Perry, individuos de fuerte personalidad, se confrontan permanentemente en el estudio. El padrinazgo de “scratchy” llega abruptamente a su fin.

Estamos en 1976, los Gladiators son editados en el Reino Unido por Virgin Records, y comienzan a trabajar en su propio sello (Groovemaster) con Prince Tony Robinson de productor. El resultado es el glorioso “Trench Town Mix Up”, un material repleto de hits, que contiene re-versiones de las tempranas grabaciones de Studio One como “Mix Up” antes conocido como “Roots Naty”, y un par de poderosos covers de Marley que resultan estar a la altura de la circunstancia.

La saga de obras maestras del Roots continúa con “Proverbial Reggae” del ’78 y se completa el inigualable tríptico al año siguiente con “Naturality”.

“Sweet So Til” recibe a los ’80, un muy buen disco que queda un poco relegado ante la espectacular seguidilla de los años anteriores. Mientras tanto, Coxsone decide revolver su archivos y compilar en un volumen los simples que el trío graba para Studio One. Disco que para muchos decepciona por la mezquina selección, que omite canciones fundamentales de la primer época. Hablamos del emblemático: Studio One “Presenting The Gladiators”.

La crítica del viejo continente, sin ningún tipo de tapujos, comparará a Albert Griffiths con el gran Bob Marley y afirmará sin dudar que este hombre de particular voz es uno de los compositores más finos del género y un intérprete en escena sin igual.

En Jamaica, los Gladiators son intocables, se dice que el público de la isla reconocía y valoraba en esta banda la verdadera mística del Roots, sin necesidad del empuje comercial que recibían Bob Marley & The Wailers.

Pero algo inesperado iba a suceder, la tentación de conquistar el mundo en la medida que Marley lo había hecho a Griffiths lo traicionó. De esta manera en ese año de 1980 el trío se une al Rey

del Crossover, Eddy Grant, que redefinirá la nueva tendencia estética y artística de muchos discos del momento.

Ese fue un gran error, sumó algunos pocos nuevos fans, y restó a las viejas grandes huestes de seguidores. El interés mundial por el Reggae decae y en Jamaica los Djs agarran la batuta. Virgin Records pronto cerrará el sub-sello propio de Reggae, Front Line, y volcará su atención en los talentos que ya supo generar el reino Unido.

La situación en el mercado mundial para las bandas de Roots Reggae estaba complicada y los periodistas se apresuraban en escribirles el obituario.

Albert Griffiths se arremanga nuevamente y enfoca su mira hacia Estados Unidos, firma con el sello Nighthawk por varios discos que resultarán memorables: “Symbol of Reality” y “Calling Rastafari” ambos de 1982, ese año, paralelamente al contrato con Nighthawk editan por Jam Rock “Reggae to Bone”, en el ’84 completarán el acuerdo con “Serious Thing” y en el ’86 llega el disco que produce un reencuentro de dos amigos muy importante “Dread Prophecy” junto al legendario fundador de The Ethiopians, Leonard Dillon.

Si quedan dudas de la magnificencia de Gladiators en vivo, éstas serán disipadas rápidamente con sólo mencionar un par de comuniones (al mejor estilo Grounation) musicales y espirituales arriba de un escenario; los encuentros en gira con Israel Vibration y The Ethiopians fueron antológicos.

Todo el mundo que haya presenciado alguno de los shows en la gira mundial de estos años podrá afirmar sin temor a equivocarse que gracias a The Gladiators pudo vibrar una de las performance en directo más potente de la historia.

Gladiators se muda a Heartbeat, donde podrán demostrar ampliamente que su plenitud creativa está vigente, editan “Country Living”, en el ’88 “In Store for You” y un año después se lanza el último de la saga Heartbeat, “On the Right track”.

Durante toda la década del ’90 Gladiators continúa grabando discos de altísima calidad, “Valley of decision”, “Strong to Survive” y “A True Rastaman” son la evidencia, aún después de la partida de Clinton fearon, el mejor socio que tuvo Griffiths en toda la historia de la banda.

El nuevo milenio encuentra otra buena producción, por primera vez con Ras Records: “Something a Gwaan!”. En un sentido similar a los Wailers, en la actualidad Gladiators pudo igualar su histórico virtuosismo vocal con el talento musical, convirtiéndose en una de esas rarezas jamaiquinas que se entienden como “banda” con todas las letras. Letras con un distintivo estilo “bíblico” con pasajes y parábolas en las que Griffiths expone hábilmente toda su inspiración.

En el año 2005 Albert reúne en Gladiators a la familia, “Father and Sons” editado por Ras/Sanctuary, despide al viejo Griffiths de su fiel afición, en comunión con sus hijos Al en voces y Anthony en batería. Revela una herencia que se merece un gran futuro.

“Dread es la cultura que hay en mí, ¿sabes a que me refiero?. No creo ser un gran cantante de reggae pero realmente sí tengo el sentimiento. Eso es por ser dread. Cuando digo dread, digo Rasta-man. Yo soy dread porque cada canción que canto tiene esa vibración. Sí, la música en si misma es dread ... un poco simple... tanto como debe serlo. Un poco humilde, dócil, tranquila, pero muy contagiosa cuando te involucras con ella”. (Albert Griffiths)

La discografía:

The Race

Trenchtown Mix Up

Studio One Presenting

Proverbial Reggae

Naturality

Sweet so Til

Gladiators

Vital Selection

Gladiators by Bus

Back to Roots

Babylon Street

Live at Reggae Sunsplash w/ Israel Vibration

Symbol of Reality

Reggae to Bone

Calling Rastafari

Ranking Joe – Tribute to John Lennon

’83 U.S. Tour EP

Dreadlocks the Time is Now

Serious Thing

Show Down Vol. 3 w/ Don Carlos

Country Living

Dread Prophecy w/ Leonard Dillon (The Ethiopians)

In Store for You

On the Right Track

Whole Heap

Valley of Decision

A True Rastaman

The Storm

Full Time

The Cash

Alive & Fighting

At Studio I (Bongo Red)

Strong to Survive

The Sound of Channel One w/ King Tubby

Sold Out: Live Tour 1997-1999

Something a Gwaan!

Once Upon a Time in Jamaica

Father and Sons

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